logo
Become A Writer
download
App
chaptercontent
Capítulo 5

Un sirviente fue a buscar a Luna Diana Thorne al jardín. Mientras el Alfa Garrett y yo esperábamos en la sala, ella llegó: la mezcla perfecta de gracia y poder. Su reputación como una feroz guerrera era bien conocida en toda la manada.

Al principio, no había estado nada contenta con la idea de que yo fuera la compañera de Kane, una mujer sin lobo. Su desaprobación hacia nuestro matrimonio había sido evidente, reflejada en su actitud fría, lo que hacía que lo que estaba a punto de decir fuera aún más difícil.

—Quiero dejar la manada.

Una expresión de sorpresa cruzó por el rostro de Luna antes de que lograra disimularla.

—¿Qué pasó, Selene? —preguntó, una genuina preocupación en su voz—. ¿Te dijo algo? ¿Te hizo daño?

El Alfa Thorne intervino antes de que pudiera responder.

—Haré que se disculpe hoy mismo. No tomes decisiones precipitadas.

No lo entendían. Kane nunca me quiso. Había hablado de divorciarse ante ellos en varias ocasiones. Nunca tuvo la intención de quedarse conmigo. A veces me preguntaba cómo habría sido todo si nunca hubiera accedido a casarse conmigo, si aquella noche nunca hubiese sucedido. ¿Habríamos encontrado la felicidad por separado?

Luna Diana asintió, mostrando su apoyo a las palabras de su esposo.

Les regalé una sonrisa triste.

—Siempre he hecho lo que me pidieron. Esta es la primera vez que les pido algo. Por favor, déjenme ir. Es mejor para Kane y para mí tomar caminos distintos.

Ojalá pudiera contarles sobre sus nietos. Se lo merecían. Pero no podía arriesgarme. Su hijo jamás aceptaría tener hijos conmigo. No podía correr ese riesgo.

Respiré hondo, tratando de mantener las emociones bajo control.

Luna Diana dirigió la mirada hacia el Alfa Garrett.

Él negó con la cabeza y se volvió hacia mí.

—¿Y tu familia? —dijo, refiriéndose a mi padre adoptivo, su gamma—. Deberías quedarte con ellos.

Sacudí la cabeza, aterrada ante la posibilidad de que contactara a mi padre. Él jamás me permitiría dejar la manada. Pero tenía que irme, tenía que darles una oportunidad a mis hijos en otro lugar.

—Voy a empezar de nuevo, en otro sitio —dije.

—¿Como una loba errante? —preguntó el Alfa, su voz cargada de preocupación.

Asentí. Todo lo que sabía sobre los errantes era que vivían fuera del territorio de las manadas. Pero sin nadie aquí a quien recurrir y con mis bebés por proteger, ¿qué otra opción tenía?

El Alfa Garrett volvió a sacudir la cabeza, las líneas de preocupación marcándose en su frente.

—Por favor, piénsalo bien, Selene.

Mi mente viajó al momento en que Kane firmó esos papeles de divorcio. Si él no iba a reconsiderarlo, ¿por qué debería hacerlo yo?

—Lo siento, Alfa. Ya tomé mi decisión.

Las líneas en su rostro se profundizaron mientras suspiraba con resignación. Había intentado con todas sus fuerzas demostrarle a su hijo que yo era la elección correcta, y yo estaba agradecida por todo lo que hizo. Pero Kane había sido terco, y aquí estábamos.

Mientras los ojos del Alfa Garrett se tornaban rojos, preparándose para conceder mi petición, Kane irrumpió en la habitación.

—¡Selene! —gruñó.

Todos se giraron al verlo acercarse a grandes pasos, y antes de que me diera cuenta, agarró mi muñeca y me atrajo contra su pecho. Su colonia me envolvió, tan familiar y embriagadora como siempre.

Pero su rostro estaba torcido por la furia.

—¿Ahora manipulando a mis padres en mi contra? —escupió con desprecio.

Previous Chapter
Next Chapter